Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana.
Y dijo que somos un mar de fueguitos.
El mundo es eso - reveló - Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
Leila. muy lindas cosas encontré aqui. te felicito y te dejo mi dirección para compartir experiencias en estufas rusas. un abrazo www.gayegoblog.blogspot.com
Leila. muy lindas cosas encontré aqui. te felicito y te dejo mi dirección para compartir experiencias en estufas rusas. un abrazo
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gracias gayego!
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