Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos. El mundo es eso - reveló - Un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario